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Fragmentos del alma



Una mañana como cualquier otra, me desperté pensándote de nuevo, como siempre.


La forma como me mirabas al levantarme cada mañana, verme reflejada en tus ojos era una sensación increíble. En el transcurso del día solo lo pasaba maquinando complejas ideas para enamorarte,

Y pensarte era un incentivo a mis neuronas para idear como dejarte plasmada mi presencia en tú día, ya sea con mi caligrafía o abstractas narraciones.

Los minutos transcurrían, se acumulaban a cuenta gotas en las horas, para nuevamente verte de nuevo después de mis actividades diarias, y al llegar a casa tu presencia seguía intacta.

Entre nosotros ni siquiera cabía la palabra distancia, ni su abreviatura o sinónimo.


Es fácil querer cuando no se tienen dudas, cuando tus decisiones cobran vida,

cuando el cielo te devuelve respuestas.

Hasta escribir se facilita cuando te arrancan de tajo la melancolía.

La vida al final te baja las estrellas fugaces, no necesitas más cuando en sus ojos duermen constelaciones.

El, quien se comía el mundo, quien absorbía con alegría mis minutos,

el que me mostraba el camino,me daba su mano, quien con un beso me llevaba a la calma, por encima de cualquier cosa… estaba el.


Pero por el momento solo vives en mi mente, hasta que salgas de mi mas profundo deseo en donde te has quedado desde hace mucho tiempo. Ojala llegue el día que abras los ojos de ese sueño pesado porque muero de ganas de verme reflejada en tus ojos otra vez......

 


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